domingo, 8 de marzo de 2009

Perdiendo nuestro poder personal

¿Cuántas veces nos hemos sentido así después de una reunión, una cita o una conversación con otra persona? No es fácil darse cuenta enseguida, ya que normalmente nos quedamos con una sensación de impotencia, de habernos comportado como si fuéramos otra persona, como niños torpes e inseguros suplicando algo de caso. Toda la madurez y confianza en uno mismo desaparecen perdiendo todo nuestra seguridad y volviendo a conectar con esa parte infantil insegura que busca el cariño y aprobación fuera de nosotros. Tenemos la sensación de haber entregado nuestro poder a la otra persona, sintiéndonos pequeñitos y víctimas. La pregunta sería: ¿Qué nos impide comportarnos en determinadas ocasiones como somos de verdad?

Lo cierto es que son situaciones que a uno le dejan mal sabor de boca pero que tienen su moraleja si se sabe buscar. La Vida siempre en su afán de ayudarnos a desarrollarnos con Personas, nos pone delante de nosotros a las personas idóneas para sacar de nuevo ese miedo o patrón de comportamiento que arrastramos desde la infancia y que al revivirlo podamos ser conscientes de él, para así descubrir lo que nos quiere decir e integrarlo con mucho cariño dentro de nuestra personalidad.

El problema habitualmente viene cuando no somos conscientes de lo que nos indica nuestra impotencia y descargamos toda nuestra fustración sobre nosotros mismos llamándonos de todo, justificándonos como niños y lastimando nuestra autoestima hasta límites insospechados.

Este proceso se suele repitir siempre que revivimos esta sensación a no ser que conectemos con esa parte insegura de nosotros mismos, ese niño con miedo que sólo busca cariño y se lo demos de forma tierna e incondicional. El aceptar esta parte de nosotros mismos y entenderla, hace que seamos más compasivos y menos autoritarios con esa parte nuestra. Sólo de esta manera lograremos poco a poco ser nosotros mismos en todas las ocasiones, recuperando así nuestro poder.

Una vez más y como siempre, el trabajo comienza y termina en nosotros. Tanto en el coaching con en el rebirthing (Renacimiento) se trabaja esa parte de ti para que la integres en tu Ser.

David Gómez
Coach

No hay comentarios: